En marcha la alianza europea contra las enfermedades infecciosas
Su objetivo es dar respuesta a los brotes del futuro, ya se trate de microorganismos emergentes, como el SARS-CoV-2, o de patógenos ya conocidos que dejan de responder a los tratamientos disponibles, como las bacterias resistentes a antibióticos
La incidencia de encefalitis infecciosa en descenso, gracias a la vacunación y las medidas higiénicas
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En enero se creó formalmente ECRAID, la Alianza Europea para la Investigación Clínica sobre Enfermedades Infecciosas. La organización da ahora sus primeros pasos como entidad independiente y sin ánimo de lucro, financiada tanto por entes públicos como por organizaciones privadas.
El planteamiento inicial de ECRAID es que la experiencia que requiere evaluar nuevos tratamientos, vacunas, herramientas de diagnóstico y otras medidas terapéuticas o preventivas está repartido por el continente y el resto del mundo, y que es imperativo aunar fuerzas para ganar terreno en la respuesta a las enfermedades infecciosas.
Sus responsables apuntan que «la falta de solidaridad y colaboración internacional dan como resultado un panorama fragmentado de esfuerzos aislados por avanzar en el conocimiento, la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas». En esas condiciones, se pierde eficiencia al usar los recursos y el impacto en la lucha contra este tipo de dolencias es menor. La red ECRAID viene a ofrecer soluciones a este problema de dispersión.
Con fondos de la Comisión Europea y la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI), ECRAID ha formado una red que podrá llevar a cabo ensayos clínicos en menor tiempo, a menor coste y con elevados estándares de calidad. En la iniciativa se incluyen más de 2.000 centros de investigación en 40 países del continente. Combina la experiencia de profesionales de Atención Primaria, hospitales (servicios de urgencia y cuidados intensivos), pediatría, laboratorios clínicos e instituciones con una larga trayectoria en los cuidados de salud.
Para Marc Bonten, máximo responsable de la iniciativa, «estamos ante una oportunidad histórica para sacar el máximo partido de los recursos públicos y privados que ya se han invertido en Europa para construir una red sostenible de ensayos clínicos. ECRAID mejorará la efectividad de los estudios para demostrar científicamente los mejores cuidados para las personas con infecciones, ya sean causadas por patógenos emergentes, como el SARS-CoV-2, o microorganismos que ya no responden a los tratamientos disponibles, tales como las bacterias resistentes».
La red proporciona infraestructuras para llevar a cabo todos los aspectos de los ensayos clínicos desde el diseño hasta su divulgación, funcionando como base para la actividad investigadora en el campo de las enfermedades infecciosas.
Relevo a los proyectos COMBACTE y PREPARE
La red ha tomado nota de los esfuerzos que los clínicos han realizado para tratar a las personas con Covid a la vez que llevaban a cabo ensayos clínicos y qué se ha aprendido durante la crisis. En las reflexiones publicadas en la revista científica The Lancet Infectious Diseases, Bonten y otros expertos apuntan que dos plataformas de investigación colaborativa, RECOVERY y REMAP-CAP, mostraron con cuánta rapidez se pueden reclutar voluntarios para investigación gracias a la existencia previa de procedimientos y estructuras compartidos. Para los autores, es clave que se establezca este tipo de redes para responder de modo eficaz a futuros brotes de enfermedades infecciosas.
En esas estructuras debe darse prioridad a la investigación, pero también simplificar procedimientos para la recopilación y análisis de datos. Dando un paso más, también recomiendan que las redes establecidas en Europa tengan cabida en proyectos de alcance mundial.
La red de la EMA
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha creado también una red para la coordinación en el análisis del empleo, la seguridad y eficacia de medicamentos, incluyendo vacunas, a partir de los datos que se generan en la práctica, más allá de los ensayos clínicos, en toda la Unión Europea.
La red se llama DARWIN EU (de «Red para el Análisis de Datos y Preguntas sobre el Mundo Real» en inglés). Proporcionará evidencia del ‘mundo real’ (RWE), es decir, información recogida en la práctica asistencial, en todos los países y poblaciones de la UE.